Los argentinos, desenfocados
Hace pocos días el Tribunal Oral Federal N°2 condenó a la expresidenta Cristina Fernández a seis años de prisión, por corrupción en la obra pública en Santa Cruz, inhabilitándola además de forma perpetua para ejercer cargos públicos. De inmediato, en las calles, los bares, los paseos públicos, las redes sociales y los medios de comunicación, se disparó la polémica. Desde ese día y hasta hoy, me ha tocado (seguramente también a usted) escuchar argumentos de toda índole, algunos de los cuales son, palabras más, palabras menos: • Merecía ser condenada por los delitos que cometió • No merecía ser condenada porque no cometió ningún delito • Debió aplicársele una pena mayor, pero como es poderosa... • Debió aplicársele una pena menor, pero como es poderosa... • Fue una venganza política. • Lo urdieron sus opositores, que se benefician con el fallo porque se sacan a Cristina de encima. • Lo urdieron los mismos peronistas, que se benefician con el fallo porque se sacan a Cristina...