Desigualados

Esta nota está estrechamente relacionada con "Chocotorta", publicada en este mismo blog el 30 de julio de 2016. Esta es en realidad, la base conceptual de aquella.


Llegamos al mundo desigualados. Nuestras "condiciones de cuna" (familia en que nacimos, país en que nacimos, barrio en que crecimos, amigos que tuvimos, condiciones físicas, condiciones emocionales, facilidades intelectuales, destrezas deportivas...) nos diferencian a todos de todos, no hay en este sentido dos personas iguales.

Por eso, al iniciar cada año mi curso de Política Económica Argentina en la Universidad, lo primero que hago es formularle a los estudiantes dos preguntas: 1) ¿Somos todos iguales? y 2) ¿Deberíamos serlo?

La respuesta casi unánime a la primera es NO. En las segunda dudan, discuten, argumentan, pero mayoritariamente, se inclinan nuevamente por el NO.

De inmediato los alerto sobre que con esas respuestas están contrariando a dos obras fundamentales: la Biblia y la Constitución Nacional, ya que la primera dice que somos todos iguales ante Dios y la segunda que lo somos ante la Ley. Dudan de nuevo, vuelven a discutir pero, con abrumadora mayoría, se mantienen firmes en el NO.

Vuelvo a insistir, diciéndoles que la IGUALDAD es algo atractivo, deseable y que la DESIGUALDAD no es tan amable no tiene tantos adeptos ni tanta prensa. Insisten ellos también, de nuevo mayoritariamente: NO. Sin embargo a algunos, incluso a quienes se han inclinado por el NO, a esta altura ya se los nota un poco perturbados por el rumbo de la discusión y de las respuestas (aún las propias). ¿Dejar fuera el concepto de igualdad? ¿No será mucho? ¿No es políticamente incorrecto?

Entonces reformulo la segunda pregunta: ¿deberíamos ser iguales en TODO o sólo en algunos aspectos? Muchos de los aparecían preocupados comienzan a relajarse, creen haber encontrado un camino de consenso que los deja más tranquilos, una vía para reconciliarse con la idea de IGUALDAD: casi todos responden esta vez que deberíamos ser iguales en algunos aspectos, pero no en todo. Con esa respuesta la IGUALDAD vuelve al escenario, aunque con limitaciones. Pero lo importante es que vuelve, eso es suficiente para pacificar a algunos corazones y recuperar algo de corrección política.

Por supuesto la discusión no termina allí, por el contrario, no hace más que comenzar. 

El siguiente interrogante que les planteo es... ¿en qué aspectos deberíamos ser iguales y en cuáles no? Someto a su consideración algunos ejemplos: ¿todos deberíamos tener el mismo color de pelo? ¿todos tener el mismo auto? ¿todos deberíamos ser fanáticos del mismo club de fútbol? ¿a todos nos deberían gustar las mismas películas? ¿todos deberíamos cobrar el mismo sueldo? ¿todos deberíamos tener el mismo acceso a la educación y a la salud? ¿todos deberíamos tener nuestras necesidades básicas satisfechas? ¿todos merecemos una jubilación digna? ¿todos merecemos el mismo respeto?...

Las respuestas comienzan entonces a oscilar entre el SI y el NO y se instala nuevamente la polémica. En algunos casos la respuesta es claramente SI y en otros es claramente NO, pero aparecen muchas zonas grises y de debate. Por ejemplo: ¿Todos deberíamos tener el mismo acceso a la educación? Responden SI. ¿Primaria y secundaria? responden nuevamente SI. ¿Universitaria? Responden mayoritariamente SI. ¿Posgradual? Responden SI, NO, NS/NC.

El objetivo de esta discusión es, precisamente, no zanjarla.  Es abrir las mentes de los estudiantes al concepto de EQUIDAD, que sin duda se basa en el de IGUALDAD pero que no se restringe a la igualdad absoluta (que algunos gustan llamar "igualitarismo"). Y en particular introducir la idea de POLÍTICAS DE EQUIDAD (uno de los temas más interesantes de la materia, opinión personal), ya que tal política no busca igualar en todo. Una buena política de equidad debe ser lo suficientemente sensible para identificar en qué aspectos debemos ser igualados y en qué aspectos podemos tolerar desigualdades.

Así, si se iguala ingreso a la universidad es posible que se desigualen oportunidades (en detrimento de quienes deben trabajar en horario de clases),. O bien si se igualan oportunidades educativas, es posible que se desigualen ingresos futuros cuando el esfuerzo personal entre en juego. O si se igualan todas las prestaciones de salud (de baja y alta complejidad) para todos, se libera de pago a quienes pueden hacerlo y se desigualan así otros accesos a oportunidades "pagas" (como viajar y conocer el mundo).

El mundo se mueve hoy hacia la igualación de oportunidades básicas (salud, educación, vivienda, servicios básicos, etc.) y no de ingresos, a igualar en el "punto de partida" y no en el "punto de llegada", dando un espacio a los méritos y al esfuerzo. Pero la discusión no terminado allí, ya que el punto de partida a igualar también genera polémica: qué nivel de salud, qué nivel de educación, qué tipo de vivienda, qué cantidad de servicios básicos... 

Esto genera una nueva polémica porque toda igualación de oportunidades basada en proveer a todos "algún nivel básico de algo" vinculado a la humanidad y dignidad, tiene un costo para la comunidad que debe ser repartido de alguna manera. Dicho de otro modo, una vez que nos pongamos de acuerdo con las oportunidades a igualar (supongamos que podamos hacerlo), debemos discutir acerca de hasta dónde llegar con la igualación (niveles) y cómo repartir en la sociedad el costo de las "provisiones básicas", porque lamentablemente, nada es gratis.

Ardua tarea para el Estado. Sólo en Utopía el altruismo individual resolverá el problema.  




Comentarios

  1. lindo tema de debate y de analisis para POLITICAS PUBLICAS

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  2. Gracias Ale, me abriste varios interrogantes sobre como diferenciar la igaldad y la equidad sin quitar merito a los que se esfuerzan y luchan por superarse. Aunque me queda la pregunta si todos nacemos con las mismas oportunidades como para poder cumplir nuestros objetivos o si algunos luchamos toda la vida y no los alcanzamos y otros que nacen con mas recursos o capital Social como citaba Bordieu, no van a poder alcanzarlos nunca justamente por esta carencia de oportunidades y pertenencia...Muy buen artículo Gracias como siempre

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  3. va correccion : igualdad. Pierre Bourdieu disculpas

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  4. Buen artículo y tal como expresa Jorge, material para el trabajo en Políticas Públicas. Agrego que igualdad es un concepto jurídico, que aplica a derechos; no tiene una extensión antropológica, donde la diferencia es lo intrínseco. La equidad ya nos pone en terreno de la existencia, de las diferencias en contexto, conjuntamente con la teoría de la meritocracia. Muy buen aporte el de Marina cuando trae a la escena el Capital Social. Sigo pensando...

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  5. Gracias Alejandro!! el tema es un buen disparador para debatir en clase y también en el diseño de políticas pùblicas. Igualdad no es igual a igualitarismo. Y la equidad hace referencia a JUSTICIA que a su vez incluye el concepto de alteridad: dar a cada uno lo que le es debido. MUCHAS GRACIAS

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