Agujeros en el blindaje

"No existe el crimen perfecto, existen las investigaciones imperfectas" 
Gill Grissom, CSI Las vegas.

En los últimos meses hemos asistido, y probablemente lo sigamos haciendo, a la denuncia, el escrache público, la investigación y el procesamiento de muchos funcionarios del gobierno que dejó el poder en diciembre de 2015. 

Si bien existen algunos exabruptos y situaciones que rayan con lo bizarro, como las bolsas en el convento, los grotescos latifundios en la Patagonia o las abarrotadas cajas de seguridad de la hija de la ex-presidente, no podemos decir que estamos "totalmente sorprendidos con lo que pasa", ni que "nunca lo hubiéramos pensado". Muchos sospechábamos estas cosas, tal vez no en su real dimensión (¿cuál será finalmente, si alguna vez se sabe, su real dimensión?) y muchas de ellas eran secretos a voces... 

Pero ese no es mi punto. 

Lo que quiero expresar acá es que este "destape" habla mucho de nosotros como sociedad y no estoy seguro de que lo haga del todo bien. Que no se entienda mal, es muy bueno que se investiguen los ilícitos y que los corruptos sean castigados ¿qué duda cabe?. En ese sentido este destape debería ser visto con buenos ojos por cualquiera que no esté implicado, por cualquier persona honesta. Sin embargo, y este sí es mi punto, sucede que quienes hoy son tapas de diarios y objeto de insultos y desdén, hace un año (sólo un año) eran poco menos que intocables. Muy pocos periodistas, muy pocos jueces, ningún funcionario y sólo algunos valientes opositores se animaban a decir algo sobre ellos. Todos sospechábamos, pero nadie le ponía el cascabel al gato.

Hoy, unos meses después, han caído en tal desgracia que hasta sus ex-acólitos los desconocen. Ahora todos se animan a criticarlos puertas afuera y en voz alta. ¿Qué paso en el medio para que ocurriera tal cambio y pasaran de ser intocables a ser villanos malditos, blanco de todas las broncas y merecedores de todos los castigos?

Pasó que perdieron el poder... y perdieron la billetera, las dos cosas  Y entonces ahora son "tocables". Ya no pueden bajar línea, no pueden poner relatos en bocas de otros, no pueden comprar voluntades, no pueden colonizar mentes jóvenes, no pueden coaccionar ni amedrentar blandiendo la espada de la AFIP, difícilmente lleguen al bolsillo de nadie ni para poner ni para sacar. Por eso, son fantasmas, están expuestos. Y entonces es ahora (y no antes) cuando periodistas, opinadores, animadores de radio y tv y jueces caen sobre ellos, después de años de silencio y complacencia.  

En esta sociedad, el poder político y la billetera "blindan". No blinda ni ser honestos, ni ser capaces, ni ser brillantes científicos o artistas, ni ser eximios deportistas, ni ser buena gente. Pruebas al canto, los ex-funcionarios lo saben muy, pero muy bien. Sin poder y sin billetera, perdieron su blindaje.

En una sociedad donde sólo el poder político y económico dan fueros, todos quienes necesiten éstos para sus manejos, correrán desesperados detrás de aquellos y entablarán una encarnizada lucha por obtenerlos y conservarlos. Los que no necesiten fueros, que no requieran de blindaje, no. 

En esa carrera, los pícaros están muy motivados y el riesgo de que los honestos, los capaces y los eximios se queden fuera es muy grande. Una sociedad, donde la plata y el poder te blindan pero los valores no, tiene un destino pobre, mediocre, gris. 

Podremos tener momentos buenos y festejar aniversarios de gestas de las que nos acordamos una vez al año, pero nunca seremos modelo de nada, ni para otros ni para nuestros hijos.