Microsegregación

A riesgo de entrar en un tema polémico e insidioso, quisiera dejar en claro aquí por qué me siento identificado con los movimientos antimachistas, antiracistas y antisegregacionsistas de toda índole, en sus versiones racionales y no maniqueas, que se están dando en los últimos tiempos a lo largo y a lo ancho del mundo.

Si Ud es una persona moderadamente civilizada y ve que alguien realiza un acto evidente de discriminación racial, seguramente lo condenará, implícita o explícitamente. También, si ve que alguien realiza un acto evidente y grosero de discriminación de género, lo condenará. Lo miso sucederá, espero, si Ud presencia actos evidentes de discriminación religiosa, de clases sociales o hacia individuos con tales o cuales discapacidades. Para adelantarnos a lo que quiero decir, la palabra clave hasta aquí es "evidente".

Sin embargo, existen miles y miles de actos cotidianos de discriminación que no son tan "evidentes". Pero no es que no lo sean porque se realizan a escondidas, sino porque la pauta cultural los tolera como "normales" y están, de alguna manera institucionalizados. Están allí pero no lo vemos, no los consideramos como actos de discriminación sino que están dentro de nuestro diario quehacer, de lo que desde tiempos ancestrales y a menudo sin explicación lógica, consideramos "normal". En contraposición con los actos evidentes de discriminación, podríamos llamar a esto "microsegregación", pequeñas acciones y actitudes cotidianas, insertas de tal forma en nuestra cultura moderna, que no las distinguimos a simple vista.

En materia de género, hay miles de ejemplos: si la familia va en auto, papá maneja; es mamá quien pone la mesa o levanta los platos en el almuerzo; el hombre debe ceder el asiento a la mujer en el colectivo, en algunos trabajos es normal que se destaquen hombres y en otro mujeres; hay acciones u omisiones que si las hace un joven son tolerables pero si las hace una joven no lo son, etc.. En materia de razas, está casi institucionalizado que tales razas son poco amigas del aseo, otras son agresivas, otras son amigas de lo ajeno, otras son intolerantes, otras irresponsables con sus gastos, etc.  Y a cada una se la trata (o destrata) como tal, asumiendo esos rasgos como una verdad indiscutible.  Si nos remitimos a clases sociales, es frecuente escuchar que los ricos son más educados, los pobres tienen muchos hijos, la clase media tiene valores morales más elevados, etc.. En materia actitudinal, la microsegregación es variadísima: si tiene barba es sucio, si grita es maleducado, si se pone falda corta es poco recatada, si tiene una pareja varios años menor es indecoroso, si no baila es aburrido, etc.  En materia de religiones, los prejuicios que avalan la segregación son más profundos, se pierden en la noche de los tiempos (esto implica que nadie hoy se hace cargo de su origen) y exhiben un grado de racionalidad mínimo, si no nulo. 

Sin embargos es frecuente que nadie se alarme ni moleste por estas situaciones cotidianas de microsegregación de género, de raza, de clase sociales, de actitudes o de religión. Incluso sucede que cuando alguien las denuncia y pone en evidencia, suena extraño, hasta políticamente incorrecto.

A mi juicio, la gran importancia de los movimientos que comentaba al comienzo y con los que, en sus versiones racionales, quiero manifestarme completamente de acuerdo, es que han puesto en evidencia la microsegregación, la están denunciando, se la están mostrando a quienes, por estar tan inserta en su vida de cada día, casi no la veían. La han denunciado en voz alta y están arrancando de la pauta cultural, para que deje de ser algo "normal" y la gente tenga la posibilidad de observarlas, evaluarlas y decidir si las condena o no. No hablo aquí de las actitudes segregacionistas "evidentes" (que la gran mayoría condena), sino de las pequeñas, de las casi invisibles, que han permanecido escondidas durante siglos en nuestra vida diaria y a las que ahora, sorprendidos, descubrimos.

Alguien tenía que mostrarlas porque la pauta cultural es invisible a quienes están inmersos en ella. Cuidado, matar al mensajero puede ser parte de esa pauta.

Comentarios

  1. Poder ver el problema es el primer paso hacia la solución. En buena hora que alguien está haciendo notar que hay cosas que se tienen por normales pero no siempre son buenas ni deseables.

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  2. Tomaran años cambiar estas pequeñas cosas y seguramente aparecerán otras nuevas y obviamente es parte de nuestra naturaleza. Ojalá cambiemos para mejor aunque sea lento

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